Noah Lyles, el velocista estadounidense, se convirtió en el hombre más rápido del mundo al ganar la final de los 100 metros en los Juegos Olímpicos de París 2024, en una de las carreras más reñidas de la historia olímpica. El triunfo de Lyles llegó por un margen tan estrecho que se determinó por cinco milésimas de segundo, superando al jamaicano Kishane Thompson en un emocionante photo finish.
En el Stade de France, Lyles esperaba con ansiedad mientras observaba el marcador, que tras casi 30 segundos, finalmente mostró su nombre como campeón con un tiempo de 9.784 segundos, apenas por delante de Thompson, quien marcó 9.789 segundos. Este margen minúsculo, comparado con el tiempo que toma un parpadeo (0.1 segundos), subraya la intensidad y el nivel de la competencia.
Lyles, conocido por su carisma y espectáculo en la pista, había trabajado incansablemente desde los Juegos de Tokio 2021, donde obtuvo una medalla de bronce en los 200 metros. Su dedicación no solo se centró en mejorar su rendimiento físico, sino también en su salud mental, estableciendo como objetivo conquistar la carrera de los 100 metros, un evento icónico en el atletismo olímpico.
La carrera fue tan cerrada que incluso al cruzar la línea de meta, Lyles se dirigió a Thompson y le dijo: «Creo que ganaste los Juegos Olímpicos, amigo». Sin embargo, al final, fue el pecho de Lyles el que cruzó primero la línea, otorgándole el título de campeón olímpico.
Este resultado marca un hito para Lyles, quien se convierte en el primer campeón estadounidense en los 100 metros desde Justin Gatlin en 2004. Además, establece un nuevo récord personal y destaca como un ícono del atletismo, inspirando a la próxima generación de velocistas.
La competencia en París fue intensa, con Lyles enfrentando a rivales de alto nivel como Fred Kerley de Estados Unidos, quien obtuvo el bronce, y otros competidores que estuvieron a menos de 0.09 segundos del campeón. Este triunfo es un testimonio de la capacidad de Lyles para mantenerse enfocado y competitivo en un campo lleno de talento.
Lyles espera que su victoria no solo impulse su carrera, sino que también devuelva al atletismo su lugar de prestigio, evocando la época dorada de figuras como Carl Lewis y Edwin Moses. Su objetivo es continuar superándose y llevar el deporte a nuevas alturas, algo que ya comenzó a lograr con su impresionante actuación en París.
Los Juegos Olímpicos de París 2024 continúan brindando momentos inolvidables, y la victoria de Noah Lyles es sin duda uno de ellos. Su historia de perseverancia y triunfo es un ejemplo del espíritu olímpico y del poder del esfuerzo constante para alcanzar la grandeza.