En una noche cargada de emociones y homenajes, la Selección Argentina se impuso con autoridad por 3-0 sobre Chile, consolidándose como el líder indiscutible de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026. Este encuentro, celebrado en el Estadio Más Monumental, no solo destacó por el resultado sino por la despedida de uno de sus grandes: Ángel Di María.
Desde el pitazo inicial, Argentina mostró su intención de dominar el juego, aunque el primer tiempo concluyó sin goles, reflejando una cierta falta de desequilibrio en las filas argentinas y una defensa chilena bien plantada. Sin embargo, el segundo tiempo trajo consigo un vendaval de goles que comenzó con Alexis Mac Allister, quien a los 48 minutos, tras una jugada colectiva, marcó con un golazo que abrió el marcador.
La ausencia de Lionel Messi, quien no participó en este encuentro, no se sintió gracias al desempeño colectivo y la capacidad de reacción del equipo. Julián Álvarez amplió la ventaja con un tremendo zurdazo desde fuera del área a los 84 minutos, demostrando la profundidad y el talento emergente del conjunto albiceleste. El broche de oro lo puso Paulo Dybala, quien, entrando desde el banco, selló el 3-0 definitivo en el tiempo añadido, confirmando la superioridad argentina en el campo.
El partido también fue escenario de un emotivo homenaje a Ángel Di María, quien se despidió de la Albiceleste en un acto previo al encuentro. Di María, con su familia presente, recibió una réplica de la Copa América, trofeo que ayudó a conquistar en su última competición con la selección. Este homenaje no solo fue un reconocimiento a su carrera, sino un momento de unión para el equipo y los hinchas, subrayando la era dorada de la que Di María ha sido parte esencial.
Chile, por su parte, tuvo destellos de buen fútbol, con una ocasión clara que terminó en el palo, pero no pudo mantener su estructura defensiva ante el ímpetu argentino en la segunda mitad. La Roja, bajo la dirección de Ricardo Gareca, se encuentra en una posición complicada en la tabla, con solo una victoria en siete partidos.
Este resultado coloca a Argentina con un pie en el Mundial, acumulando 18 puntos y distanciándose significativamente de sus perseguidores. La estrategia de Lionel Scaloni, aun sin su estrella máxima, ha funcionado, mostrando un equipo con múltiples recursos y una identidad de juego que no depende de un solo jugador.
El encuentro no solo fue un paso más hacia la clasificación, sino una declaración de principios: Argentina, con o sin Messi, es un equipo que sabe ganar, celebrar sus leyendas, y mirar hacia el futuro con optimismo. La despedida de Di María, el juego colectivo, y la victoria sobre Chile quedarán en la memoria como una noche donde la Albiceleste brilló con luz propia, reafirmando su condición de campeón del mundo y líder en Sudamérica.